Si eres hombre, ya tienes más del 50% de posibilidades de presentar en algún momento de tu vida (el porcentaje puede subir mucho a mayor edad) la condición de calvicie. O, mejor dicho, la alopecia más común y mediática a nivel mundial: la alopecia androgénica (AGA), en tu caso de patrón masculino casi con seguridad.

Puedes pensar que, si tu padre no es calvo, ni tu abuelo, has tenido simplemente mala suerte al empezar a ver cómo te clarea la coronilla. O, por el contrario, si tienes antecedentes de calvicie en tu familia y tú, de momento, te estás salvando, puedes pensar que no tiene nada que ver con la herencia. O también lo puedes ver todo lógico: presentas calvicie en las entradas como tu padre y tu abuelo. Lo cierto es que todas las personas que tienen AGA poseen una base genética como condición imprescindible; más de 200 genes pueden estar implicados, no solo uno, y algunos de esos genes los podrías heredar incluso de la madre. Esto es lo que se llama “herencia poligénica dominante». Muchos genes que podrían estar implicados y combinados, de los cuales no se sabe lo suficiente de cómo controlan el proceso alopécico de cada persona, en qué momento de la vida se van a expresar o la intensidad. Lo que sí se conoce es que la expresión de este aparece en post pubertad y el llamado “patrón masculino” se refiere al compromiso de los folículos pilosos de la zona frontal, las entradas, zona superior y coronilla.

Ahora bien… Eso no es todo.

El otro segundo factor que condiciona un AGA es el factor hormonal. Concretamente, la famosa reacción de conversión de la hormona masculina testosterona a dihidrotestosterona (DHT) por la enzima 5 alfa reductasa. Es el aumento de DHT y el aumento de actividad de la enzima en las zonas del patrón masculino las que conducen en última instancia a la “miniaturización” de los folículos condicionados genéticamente, comprometiendo la fase de crecimiento del folículo (anágena) que se hace progresivamente más corta, lo que da como resultado folículos pilosos más delgados y cortos. Tanto que, al final, ni siquiera pueden penetrar a través del cuero cabelludo y desaparecen.

¿Puedes entender un poco la envergadura de todo de esto?

Aún así, llamar a todo esto que te cuento “problema” puede depender en gran medida de cada uno, pero también de la no concordancia que hay entre la edad y el comienzo de la alopecia, como si el reloj de la calvicie se hubiera activado antes de tiempo.

Si crees que puedes tener un problema de alopecia androgénica y necesitas saber más sobre ello antes de tomar una decisión acertada, puede ser un buen momento para que nos contactes…

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Soy Rafael Nacimento Beltrán, experto en tricología y cirugía capilar, y te espero en el programa Unity Hair.

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